Cuento: Caperucita Verde y el bosque sostenible

Dibujo de de Caperucita Verde caminando por un bosque junto a un lobo amigable, ambos cuidando el medio ambiente.

Caperucita Verde y el bosque sostenible

Había una vez una niña muy especial llamada Caperucita Verde. Su capa no era roja como la de la historia que ya conoces, sino de un verde brillante, como el musgo que cubre los árboles del bosque.

Caperucita Verde amaba la naturaleza, los animales y todo lo que hiciera del mundo un lugar mejor.

Desde pequeña, su abuela le enseñó a cuidar el medio ambiente, a plantar árboles y a reciclar.

Era una niña muy inteligente y, además, una ecologista de corazón.

Un día, su mamá le pidió que llevara una cesta con comida ecológica a su abuela, que vivía al otro lado del bosque. “Pero recuerda, Caperucita”, le dijo su mamá, “ve con cuidado y no te salgas del sendero para no dañar las flores ni las plantas.”

Caperucita Verde asintió y partió con su cesta llena de frutas y verduras cultivadas en su propio huerto.

Mientras caminaba por el bosque, admiraba los árboles altos, escuchaba los pájaros y recogía un par de semillas que se había encontrado por el camino para plantarlas más tarde.

De pronto, apareció el lobo. Pero, ojo, este no era un lobo malvado, ni quería hacerle daño.

Era un lobo muy curioso, amante del bosque como Caperucita. Le preguntó:
—¿A dónde vas, Caperucita Verde?

—Voy a casa de mi abuelita —contestó ella—. Le llevo comida ecológica para que esté fuerte y sana. ¿Y tú qué haces por aquí?

—Pues yo… —dudó el lobo— me paso el día intentando limpiar este bosque de toda la basura que los humanos dejan. Es un trabajo difícil, ¿sabes? Pero no puedo hacerlo solo.

Caperucita sonrió.
—¡Pues qué buena idea! Yo también cuido el bosque. Si quieres, podemos trabajar juntos.

El lobo, encantado con la propuesta, le sugirió un plan: él iría por un atajo para recoger toda la basura que encontrara por el camino, mientras Caperucita seguiría el sendero, asegurándose de no pisar ninguna flor ni tirar plásticos.

Caperucita Verde llegó a casa de su abuelita, quien, al ver la cesta llena de comida ecológica, sonrió orgullosa.
—Gracias, mi niña. ¡Qué bien has aprendido a cuidar del planeta!

—Y eso no es todo, abuelita. He conocido al lobo, y resulta que también está comprometido con el medio ambiente. ¡Estamos limpiando el bosque juntos!

Poco después, el lobo apareció en casa de la abuela con un saco lleno de botellas de plástico, envoltorios y latas que había recogido.

Caperucita, la abuela y el lobo decidieron entonces que, cada semana, se reunirían para cuidar el bosque.

Plantarían árboles, recogerían basura y enseñarían a otros animales y personas cómo proteger la naturaleza.

Y así, gracias a la inteligencia y el espíritu ecológico de Caperucita Verde, el bosque se convirtió en un lugar más limpio y lleno de vida.

Todos los animales vivían en armonía, y cada día aprendían un poco más sobre cómo cuidar el planeta.

Moraleja del cuento: “Caperucita Verde y el bosque sostenible”

No hace falta ser grande o fuerte para cuidar la naturaleza.

Con pequeñas acciones y mucha inteligencia, podemos hacer del mundo un lugar mejor para todos.

Abraham Cuentacuentos.

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