Durmiendo con mi osito de peluche
En un tranquilo rincón del mundo, donde las estrellas brillan con ternura, había un pequeño y acogedor dormitorio.
En ese dormitorio, justo al caer la noche, un bebé se preparaba para dormir, abrazando fuertemente a su osito de peluche favorito.
«Es hora de dormir», susurraba mamá con voz suave y melódica.
El osito de peluche, con su pelaje marrón y suave, sonreía con ojos brillantes y amigables.
«Osito y yo estamos listos», murmuraba el bebé, con una sonrisa de felicidad.
El osito de peluche, aunque no podía hablar, parecía lleno de amor y cariño.
Cada noche, compartía secretos mágicos con el bebé, contándole historias de bosques encantados y estrellas bailarinas, todo en el silencioso lenguaje del amor.
Mamá encendía una pequeña luz nocturna, que iluminaba la habitación con un brillo suave y acogedor.
Afuera, la luna se elevaba alta en el cielo, enviando rayos de luz plateada a través de la ventana. «La luna está aquí para decirte buenas noches», decía mamá.
En la habitación, todo estaba tranquilo y sereno.
El osito de peluche parecía abrazar al bebé, ofreciéndole calidez y seguridad.
Junto a ellos, en la habitación, había juguetes suavemente dispuestos, cada uno listo para acompañar al bebé en sus sueños.
Mamá leía una corta historia, su voz como una suave melodía que llenaba la habitación de calma y dulzura.
El bebé, escuchando atentamente, se dejaba llevar por las palabras reconfortantes, sintiendo cómo los ojos se le cerraban poco a poco.
«En tus sueños, querido bebé, encontrarás mundos de alegría y magia», susurraba mamá. «Y tu osito de peluche estará siempre a tu lado, cuidándote mientras duermes.»
Con un suave beso de buenas noches, mamá apagaba la luz, dejando que la luz de la luna bañara la habitación.
El bebé, acurrucado con su osito, se sumergía en un sueño profundo y dulce, lleno de aventuras maravillosas y amistad eterna.
Y así, cada noche, en ese pequeño y acogedor dormitorio, el bebé y su osito de peluche viajaban juntos a tierras de sueños, donde la felicidad y el amor reinaban siempre.
Abraham Cuentacuentos.