La guerra los separó
Érase una vez, en un reino muy lejano, vivía una hermosa joven llamada Ana.
Era una mujer de gran corazón, bondadosa y amable con todos los que la rodeaban.
Sin embargo, había algo que le faltaba en su vida: el amor.
Un día, durante una caminata por el bosque, Ana se encontró con un joven apuesto llamado Juan.
Era un hombre de carácter dulce y amable, con una sonrisa cálida y unos ojos que parecían reflejar el brillo del sol.
Al instante, Ana sintió que su corazón latía más rápido y supo que había encontrado al amor de su vida.
Durante meses, Ana y Juan se conocieron mejor y se enamoraron profundamente.
Paseaban por los campos, hablaban durante horas y se regalaban dulces miradas.
Sin embargo, un día, Juan tuvo que partir a la guerra para proteger su reino. Ana estaba desconsolada, no sabía cómo vivir sin él.
Durante su ausencia, Ana luchó con todas sus fuerzas para mantener la esperanza de que Juan volvería.
Pasaron semanas, meses e incluso años, pero Ana nunca perdió la fe.
Un día, Juan regresó victorioso de la guerra y se reencontró con Ana, quien estaba esperándolo en la entrada del reino. Se abrazaron con lágrimas en los ojos y juraron nunca separarse de nuevo.
Desde entonces, Ana y Juan vivieron felices para siempre.
Se casaron en una hermosa ceremonia y tuvieron hijos, nietos y bisnietos.
Su amor perduró a través de los años, superando cualquier obstáculo que la vida les presentara.
Moraleja: El amor verdadero es fuerte y puede resistir cualquier adversidad. Nunca pierdas la fe en él, porque cuando menos lo esperes, llegará a tu vida para hacerte feliz.
Colorín colorado, este cuento se ha acabado.
Abraham Cuentacuentos.