Cuento: Mensajes codificados en notas de clase

Breve resumen de la historia:

Mensajes codificados en notas de clase El aula se sum铆a en un murmullo constante mientras el viejo reloj de pared tictaqueaba, marcando los segundos que faltaban para el inicio de la clase. En el pen煤ltimo pupitre, junto a la ventana por la que se colaba un t铆mido rayo de sol, estaba sentada Valeria, con su…

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Cuento: Mensajes codificados en notas de clase

Mensajes codificados en notas de clase

El aula se sum铆a en un murmullo constante mientras el viejo reloj de pared tictaqueaba, marcando los segundos que faltaban para el inicio de la clase.

En el pen煤ltimo pupitre, junto a la ventana por la que se colaba un t铆mido rayo de sol, estaba sentada Valeria, con su cabello casta帽o recogido en una coleta alta y sus ojos tan verdes como las hojas de los 谩rboles en primavera.

Desde su llegada al instituto, su simpat铆a y dulzura la hab铆an convertido en una joven querida entre sus compa帽eros, aunque siempre manten铆a un halo de misterio que la hac铆a irresistible para quien se atrev铆a a conocerla m谩s all谩 de un simple 芦hola禄.

Luchando a diario con las matem谩ticas, encontr贸 en ellas un aliado inesperado.

Cada vez que se topaba con una ecuaci贸n indescifrable, una peque帽a nota doblada aparec铆a en su pupitre.

Eran mensajes codificados, peque帽os fragmentos de poes铆a que,- all铆 donde las f贸rmulas fracasaban en consolar su frustraci贸n, estas palabras le regalaban aliento y una sonrisa.

Un misterioso remitente, que firmaba simplemente como 芦E禄, alimentaba su curiosidad y sus ganas de descubrir la identidad tras esos versos.

No era conocida por rendirse, y menos ante un reto que le robaba el sue帽o, as铆 que cada d铆a, al recibir una nueva nota, Valeria se sumerg铆a en el juego de descifrar qui茅n entre sus compa帽eros podr铆a ser 芦E禄.

Mientras, en el otro extremo de la clase, justo frente al pizarr贸n, estaba 脡ric, un chico de ojos azules e intensos como el firmamento antes de la llegada de la noche.

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Al igual que Valeria, su car谩cter tranquilo y su pasi贸n por la literatura lo hab铆an convertido en un estudiante respetado y con un grupo de amigos s贸lido.

Sin embargo, hab铆a algo en 脡ric que pocos conoc铆an: su talento para escribir.

La profesora entr贸 al aula y, con su llegada, el bullicio se transform贸 en silencio.

Valeria mir贸 al frente, con expectaci贸n, pregunt谩ndose si aquel d铆a recibir铆a otra nota de su admirador secreto.

脡ric, por su parte, disimul贸 su impaciencia, esperando el momento oportuno para deslizar otra de sus creaciones literarias hacia el pupitre de Valeria.

Cuando el sonido del gis chocando contra la pizarra marc贸 la pausa, una nota vol贸 sutilmente y se pos贸 en el mundo de Valeria.

Sus dedos la desplegaron con el cari帽o que se reserva a las cosas fr谩giles, y ley贸 en su interior: 芦En las ecuaciones de la vida, mi inc贸gnita favorita lleva tu nombre.禄

Sus mejillas se ti帽eron de un c谩lido rubor y un cosquilleo la invadi贸.

Levant贸 la vista, buscando alguna pista, cualquier gesto c贸mplice, pero nada.

Todos parec铆an inmersos en la clase, en su propio mundo de n煤meros y variables.

El d铆a pas贸 entre teoremas y poes铆a, y cuando la tarde cay贸 y los pasillos del instituto se vaciaron, Valeria y 脡ric caminaron un trecho juntos, como era habitual, hacia la salida.

Di谩logos cotidianos iban y ven铆an entre ellos, pero un manto de secretismo cubr铆a la verdadera conversaci贸n que ambos deseaban tener.

芦驴Te imaginas encontrar a alguien que te escriba poes铆a sin conocer tu rostro?禄, pregunt贸 Valeria, lanzando un anzuelo al vac铆o.

芦Algunas personas pueden ver m谩s all谩 de las superficies,禄 respondi贸 脡ric, con una sonrisa entendida.

Los d铆as se sucedieron y las notas continuaron, cada vez m谩s personales, m谩s cercanas al coraz贸n de Valeria.

Las palabras de 芦E禄 danzaban en su mente, creando melod铆as que solo su alma parec铆a escuchar.

Un jueves de primavera, con el sol dibujando patrones de luz a trav茅s de las hojas, 脡ric reuni贸 el valor necesario para cambiar el curso de esta historia.

Dej贸 su 煤ltimo mensaje sobre el pupitre de Valeria, pero esta vez, a帽adi贸 algo m谩s, una invitaci贸n: 芦Los c贸digos est谩n para ser descifrados, as铆 como los corazones para ser entendidos. Encu茅ntrame donde la 煤ltima campanada nos libera de n煤meros y palabras. 鈥揈禄

Valeria ley贸 la nota una y otra vez. La ultima campanada.

El lugar era evidente, pero 驴qui茅n la esperar铆a all铆?

Con los latidos acompasados al tiempo que parec铆a escurrirse entre sus dedos, se decidi贸 a esperar aquel final de clases.

Y cuando la campanada son贸, ambos se encontraron bajo el viejo roble que presid铆a el patio trasero de la escuela.

Valeria, con una mezcla de nerviosismo y emoci贸n, y 脡ric, con una certeza tranquila y una sonrisa que no se atrev铆a a ocultar.

芦Has descifrado el c贸digo,禄 dijo 脡ric, a煤n con la sonrisa colgando de sus labios.

Valeria no necesitaba m谩s palabras.

La comprensi贸n brill贸 en sus ojos como estrellas que de pronto encuentran su constelaci贸n en el cielo nocturno.

芦Sab铆a que hab铆a poes铆a en las matem谩ticas,禄 respondi贸 ella, la voz temblorosa por la risa que dan las sorpresas que son demasiado bellas para ser ciertas.

Aquella tarde, el inicio de su historia se escribi贸 sin letras, en una conversaci贸n de miradas y manos que se encontraban t铆midamente.

Desde entonces, sus notas pasaron a ser di谩logos abiertos, p谩ginas compartidas de una vida que apenas comenzaba.

El instituto sigui贸 siendo testigo de esta uni贸n inesperada, donde cada clase de matem谩ticas se convirti贸 en un recuerdo m谩s para el 谩lbum de momentos que construyeron juntos.

Amigos y profesores observaban, algunos con sorpresa y otros con una sonrisa sabedora, c贸mo Valeria y 脡ric encajaban en la ecuaci贸n del cari帽o y el respeto mutuo, ejemplos vivos de que el amor tambi茅n puede residir en el silencio de los mensajes no dichos en voz alta, pero s铆 sentidos con el coraz贸n.

Los a帽os pasaron, y el recuerdo de esas notas codificadas en el aula de matem谩ticas se convirti贸 en la historia favorita para contar entre sonrisas.

Valeria y 脡ric, ya no en los pupitres de clase, sino en el umbral de nuevos comienzos, se encontraron agradecidos por cada letra escrita, por cada gesto de amor.

Y as铆, lo que comenz贸 como un juego de misterio y atracci贸n, se transform贸 en una conexi贸n genuina, donde la honestidad y el coraje de ser uno mismo tejieron el lazo m谩s fuerte de todos.

En el amor, como en la vida, los c贸digos m谩s complicados a veces resultan ser los m谩s simples: aquellos que se descifran con el coraz贸n.

Moraleja del cuento Cuentos de amor: Mensajes codificados en notas de clase

En las diagonales de un aula y las curvas de las letras puede hallarse la ecuaci贸n m谩s hermosa, aquella que resuelve el misterio del afecto.

Porque en el amor, los c贸digos m谩s enigm谩ticos no necesitan ser complejos.

Las verdaderas conexiones se descifran con un lenguaje universal, el del alma, y nos ense帽an que la sinceridad y la valent铆a de mostrar nuestros sentimientos son claves para encontrar la felicidad junto a otro ser.

Abraham Cuentacuentos.

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