El vecino de la ventana oscura
Mira las luces de tu calle. Brillan, ¿verdad?
Pero, ¿te has fijado en la ventana que siempre está oscura?
En el barrio decían que el vecino del cuarto era un gruñón.
El «Grinch» que odiaba la Navidad.
Nadie llamaba a su puerta, nadie le saludaba.
Hasta que una noche, alguien decidió no juzgar su sombra, sino llevarle un poco de luz.
No fue un regalo caro, solo un plato de dulces y una pregunta: «¿Cómo está usted?».
Aquel hombre no odiaba la Navidad.
Solo había olvidado cómo encenderla solo.
Llevaba años en silencio porque nadie le había recordado que su presencia también contaba.
La Navidad no sirve de nada si solo ilumina tu salón.
La luz es para compartirla.
Este año, antes de mirar al cielo, mira a tu lado.
Quizás la mejor luz de estas fiestas sea la que tú enciendas en la casa de otro.
Abraham Cuentacuentos.
Videocuento corto: «El vecino de la ventana oscura»
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