La silla vacía
¿Sabes cuál es el objeto más pesado de la Navidad?
No son los regalos, ni el árbol.
Es la silla vacía.
Esa silla que todos evitamos mirar en Nochebuena porque nos grita una ausencia.
Nos duele porque pensamos que es un hueco, un espacio en blanco donde antes había risas y ahora solo hay silencio.
Pero déjame contarte un secreto: esa silla no está vacía. Está ocupada por la memoria.
No es un lugar donde falta alguien, es un altar donde honramos a quien nos hizo ser quienes somos.
Mientras sigas sintiendo su peso, mientras sigas poniendo ese plato —aunque sea en tu corazón—, ellos siguen cenando contigo.
Así que este año, no mires esa silla con tristeza. Mírala con gratitud.
Porque la silla no está vacía; está llena de todo el amor que nos dejaron.
Abraham Cuentacuentos.
Videocuento corto: «La silla vacía»
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