El sueño de un pequeño árbol
Érase una vez, en un bosque frondoso, vivía un pequeño árbol llamado Robby.
Era un árbol muy pequeñito comparado con los demás árboles del bosque, pero no por ello dejaba de soñar con crecer alto y fuerte.
Un día, mientras observaba a los grandes árboles a su alrededor, se dio cuenta de que él era diferente. «¿Por qué soy tan pequeño?», se preguntaba una y otra vez.
Un día, llegó al bosque un fuerte viento que soplaba con fuerza y movía los árboles de un lado a otro.
Robby estaba asustado y se aferraba al suelo para no salir volando.
De repente, el viento se detuvo y Robby se dio cuenta de que uno de los árboles más grandes había perdido una de sus ramas.
Preocupado por su seguridad, Robby decidió hablar con los árboles más grandes del bosque. «¿Cómo puedo ser tan fuerte como ustedes?», les preguntó.
Los árboles lo miraron con ternura y uno de ellos le dijo: «Pequeño Robby, eres diferente a nosotros, pero eso no significa que no puedas ser valiente y fuerte. Solo necesitas creer en ti mismo y en tus sueños».
Robby se sintió animado por las palabras de los grandes árboles y decidió empezar a trabajar en su fortaleza. Todos los días, hacía ejercicios y practicaba su resistencia al viento.
Al principio, no fue fácil, pero poco a poco fue ganando fuerza y altura.
Un día, llegó otro fuerte viento y todos los árboles del bosque se movían peligrosamente.
Pero Robby estaba preparado. Gracias a su perseverancia y su trabajo duro, pudo resistir el viento y permanecer firme en su lugar.
Los árboles más grandes del bosque estaban sorprendidos y orgullosos de Robby. «Pequeño Robby, eres valiente y fuerte», le dijeron. «Has demostrado que con perseverancia y trabajo duro se pueden lograr los sueños».
Colorín, colorado, este cuento se ha acabado.
Moraleja del cuento «El sueño de un pequeño árbol»
Moraleja: No importa cuán pequeño o diferente seas, siempre puedes ser valiente y fuerte si crees en ti mismo y trabajas duro.
¡Nunca dejes de perseguir tus sueños!
Abraham Cuentacuentos.